Un estudio hidrobiológico de la comarca del Bierzo realizado por la sección de Pesca del Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León da la voz de alarma por diversos desequilibrios y  pérdida de población piscícola en los ríos del Bierzo y La Cabrera.

El balance del estudio para el río Sil pone de manifiesto “alteraciones de inversión” y “variación del régimen de caudales”. Esta arteria líquida, según el estudio, pierde calidad desde el pantano de Bárcena en adelante, con alteración de  riberas y “poblaciones desequilibradas” de especies. El estudio plantea para el Sil una manifiesta necesidad de depuración de las aguas.

Respecto a los ríos Cúa y Ancares se concreta como principal problema una  sobrepesca, “muy superior a la que admiten las poblaciones presentes”. A su vez, se indican “valores de densidad baja por la escasa productividad natural en su tramo alto y la alta contaminación en tramo medio y bajo”. El trabajo realizado por la sección de Pesca del Servicio Territorial de la Junta de Castilla y León, no plantea inconvenientes similares en tramos altos, pero sí los sufren preocupantemente  en “zonas mineras y de origen urbano e industrial”. El estudio aborda también problemas de depósito de sedimentos en el tramo bajo plantea la rehabilitación de frezaderos y los refugios, la revegetación de las riberas, la consolidación y limpieza de márgenes y limpieza también de los fondos, como forma de recuperación de su población piscícola.

Los casos de los ríos Burbia y Valcarce son abordados con menores críticas y no se califica su actual explotación como de “sobrepesca”, calificando a su  población de especies como “bien estructurada”. Estos dos ríos se encuentran en buen estado de conservación en sus tramos altos y “en mal estado en los tramos afectados por las obras de la autovía”. Desde que los dos cauces se encuentran, en Villafranca del Bierzo, las aguas presentan una “contaminación moderada”, según el estudio.

El “análisis” del río Selmo,  que atraviesa la Sierra de La Lastra y se une al Sil cerca de la localidad de Sobrado, presenta como principal conclusión la “escasa población piscícola y valores de densidad, biomasa y producción de trucha común bajos”. Sus riberas se encuentran “en buen estado de conservación salvo en las zonas de canteras”. Los técnicos del Servicio Territorial plantean una mejora de los frezaderos y la limpieza de las márgenes, como mejoras más urgentes.

Respecto al río Cabrera, el estudio informa que tiene “importantes modificaciones de cauce y márgenes en cuencas afluentes del curso alto”. Además, presenta una “grave alteración de riberas e invasiones de cauce por la actividad minera”. Las aguas pierden calidad “por los vertidos procedentes de la actividad extractiva de la pizarra, con poblaciones desequilibradas de peces en el curso medio y bajo”. Además del resto de mejoras en frezaderos, riberas y márgenes, se baraja  “una corrección del cauce y depuración de las aguas”.

Para realizar este estudio, los técnicos toman muestras cada tres kilómetros de río. Comprueba la población de peces, la calidad de las aguas y  “alimentos” que hay en el río. Las muestras se toman en un tramo de entre 80 y 120 metros de río. En esa zona se extrae toda la pesca que hay y posteriormente se realiza la medición y el pesado de las piezas. Una vez realizadas estas tareas, los peces son devueltos al agua, tras, en algunos casos extraérseles las escamas para comprobar su edad.